Tengo lejano el sabor del caviar. Pero hay algunos sucedáneos elaborados con arenques ahumados y huevas de mújol, que se le parecen bastante. A mucho mejor precio. Para hacer esto que hoy os propongo, no hace falta usar caviar del de verdad, ese se come tal cual. La diferencia entre este y aquél cada día más brumoso en mis recuerdos, está en el precio, el de Ríofrío normal, realmente excepcional, está a dos mil euros el kilo, mucho más barato que el iraní o el ruso, pero este sucedáneo que he utilizado está a tan solo 120 euros el kilo, una ganga. Pero vamos a la idea, que no es otra que un salmorejo que tampoco es salmorejo porque se cabrean los puristas y ahora veréis porqué.
Emulsión de tomate con aceite y sucedáneo de caviar
Con tomates del huerto de un amigo que están exentos de todo tipo de abono que no sea estiércol, y nada de insecticidas ni herbicidas, ni nada parecido, he hecho una emulsión añadiendo un chorrito de vinagre y sal. Vamos, que he hecho un salmorejo sin pan. Pues nada, una cucharadita de ese salmorejo (que te puedes tomar un cubo y no te va a sentar mal precisamente porque no lleva pan, que es lo que se oxida y jode el invento) y encima el sucedáneo de caviar. Para iniciar una comida y adornar la mesa con una tontería, pero que todo el mundo se sorprenda. Pues eso.
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