Llevo varios días intentando convenceros de que las setas se pueden combinar con todo. Es un excelente fondo de armario, digo de cocina. Aquí tenéis un guiso que gustó una barbaridad, es el típico plato de fabes con almejas de los asturianos, pero enriquecido, y cómo, por unas chantarelas o rebozuelos (Cantharellus cybarius). Vamos al lío.
Alubias con rebozuelos y almejas.- Por un lado cocemos unas alubias que habremos tenido en remojo toda la noche. Le ponemos media cebolla, una zanahoria pelada y un pimiento, más su poquita de sal y pimienta. Cuando las alubias casi estén, se apartan del fuego y se sacan zanahoria, pimiento y cebolla, para triturarlos junto a un poco del caldo de la cocción y unas cuantas alubias, si entran, pues mejor. Se vuelve a incorporar al guiso lo triturado y al fuego todo otra vez. Entonces echamos en la sartén tres o cuatro dientes de ajo laminados, cuando empiezan a estar, pero antes de que se doren, añadimos las setas bien limpias, damos unas vueltas echamos las almejas y tapamos para que se abran. Las almejas, como es lógico y normal, las habremos tenido depurando en agua con un poco de sal, muy poca sal, no como dicen por ahí que al agua se le echa un puñao de sal, ¡coño, cómo si el mar fuera una salmuera! Pues no, se le pone un poquito de sal nada más, para que parezca agua de mar, y no se cubren para que no se ahoguen, que esa es otra barbaridad muy extendida. Apenas que tengan ellas agua en el recipiente para moverse e ir expulsando la arena que puedan tener en su interior. En fin, esto es como pregonar en el desierto, pero seguimos: cuando estén abiertas las almejas (ojú, cómo suena esto) se comprueba que no haya quedado ninguna cerrada -que se despreciará- y se incorpora todo a las alubias. Ea, se acabó. A disfrutar. Este guiso os puedo asegurar que estaba absolutamente de impresión. Ah, y los rebozuelos o chantarelas estaban a muy buen precio en la plaza, no me acuerdo bien, pero como a doce euros o algo así.
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