Como tengo la cocina totalmente embalumá, consecuencia colateral al jamón que estoy haciendo para la comida del Instituto, el próximo martes cuando el alumnado se vaya a disfrutar de la Navidad, dulce Navidad y todas esas cosas, pues no me queda sitio más que para una cenita frugal pero apetitosa. Así que de esto les voy a hablar y dejo para otro día lo del jamón ibérico al horno con chatni (chutney que le escriben los british) de verduras y otro de manzanas y peras, aunque a Michael Lemon le parezca que eso es gastarse un dineral inútilmente: el jamón fresco de ibérico, quiere decir el hombre, que está igual o más caro que el jamón curado, que como no saben que hacer con ellos, pues no se están vendiendo justamente cuando más se ha producido - que viene a ser como la burbuja inmobiliaria, pero en bellota o recebo, según -. Así que el otro día nos cobraron por un jamón de quince kilos (que eso sí, era de ibérico) la friolera de ciento cincuenta leuros, que el Miguelito Limón se echaba las manos a la cabeza y no paraba de decir que qué barbaridad, qué barbaridad. Y es cierto, pues uno de más o menos el mismo peso, me lo vendían en la carnicería de mi barrio por ochenta leuros, aunque eso sí, de cochino blanco, que no es lo mismo por mucho que Miguelito diga que es igual, que qué más dará uno u otro si lo voy a meter en el horno y depués lo voy a tunear con ajos, laurel y un montón de hierbas... Pero no es lo mismo. El martes, nos lo zampamos puritito de ibérico con los colegas del Instituto y no creo que protesten por ello, al menos no tanto como el Miguel.
Pero ya os digo que del jamón os hablaré otro día, y también de los limones en salmuera, que los voy a hacer un día de estos, los voy a retratar y os voy a decir cómo los hago. Pero ahora, os relato cómo elaboro pesto, que es lo que acabo de hacer (ver fotos, la de arriba el pesto en el vaso de la minipimer ya con su film trasparente cubriéndolo para que no se estropee, y en la de abajo los ingredientes en el plato y en el único lugar de la cocina que tengo libre, delante del microwaves o microondas, que ni una ni otra palabra son castellano como dios manda. que a ver cuándo y dónde Cervantes o Góngora, con lo serio que era el hombre, han escrito eso de microondas. Nunca. Pues eso. Ahí va la manera que tiene aquí el menda de elaborar la
receta de pesto (creo que genovés, porque los sicilianos y napolitanos le ponen tomate).- Se toma un puñadito de piñones, un par de nueces y dos dientes de ajo. Se baten junto a un puñado de hojas de albahaca (esto al gusto) y perejil (también al gusto, pero menos). Tutti a la batidora (o al almirez, si teneis huevos. Huevos para hacerlo así, no de gallina, que no tienen nada que ver con esta receta) y a darle un primer batido. Se añade entonces sal y aceite de oliva, como medio vaso para esa cantidad que veis en la fotografía de abajo (he intentado ponerla arriba, como es natural, pero nada, me sale abajo). Se le da otro meneíto y servidor, sin decirlo a nadie para que no se sepa, le echa un poquito de agua caliente para que luego se mezcle mejor con la pasta que vaya a elaborar al pesto. Vuelvo a meter la minipimer y lo dejo ya bien batido, tal como los muy observadores observarán en la instantánea superior, la de arriba que puse la última para que saliera debajo pero que ha salido encima, pues bien, en esa.
Lo del queso viene después. Es mejor cocer la pasta que sea, al dente por supuesto, y una vez cocida y escurrida, añadir el pesto y darle unas vueltecitas, que se hace ya con el mismo calor de la pasta recién cocida, o en todo caso lo hacéis en una cazuela donde volcareis la pasta y encima el pesto. Se sirve con queso recién rallado por encima, preferentemente un queso cremoso. Y se acabó. Hasta dentro de un par de días, que os prometo volver con el jamón, que no os podeis ni imaginar la que he liado para meterlo en el frigorífico, que he tenido que medio vaciar el más pequeño y más viejo, pero más ancho de los dos que tengo en la cocina, para poder meter los quince kilitos de jamón ibérico.
Nota importante: en la fotografía observo -yo también observo- que il pesto aparece como muy clarito, pero en realidad es más verde, ya que el color lo aporta la clorofila de la albahaca y el perejil, pues los dientecitos de ajo, los piñones y las nueces lo podrán bajar de tono algo, pero no demasiado. Las fotos, como ya es habitual, son un desastre, pero total, antes ni ponía fotos y nadie protestaba, así que voy a terminar por volver al método antiguo. Más letras y menos imágenes, coño, que estamos en el siglo de la imagen de los cojones y se está perdiendo el amor por las letras. Ea, pues ya me he cabreado, no vuelvo a poner ni una foto más. Se acabó, coño, tanta foto ni tanta leche. Letras, que es lo que mejor se me da, y de lo que más tengo en el banco, que no veas lo fácil que es firmarlas y lo difícil que es pagarlas luego. Me cagontó.
4 comentarios:
Oye
y no te interesaría contratar a mi costillo???, sólo como pago le tendrías que dar de comer...-me lo devolverías al 2º post. ja ja
Bueno, al final verás como sigo colocando fotos en el blog, aunque sean rematadamente malas. Si al final soy como todos, mucho ruído y pocas nueces. Es lo que hay, hija mía de mi alma, que soy como una olla expres, mucho silbar y dar vueltas como las locas, pero cuando me quitan el pitorro me quedo en ná. En cuanto a lo de retratista, no te preocupes, tengo un Maradona (o Mercadona, cómo se diga) al lao de casa. Besos
Pasaba por aqui para desarte una muy felices fiestas y un prospero año nuevo.
Besos
Bernardo mu buenas simplemente desearte felicesfiestas a ti y a los tuyos.y decirte que ya s seguro,a principios de año estoy ya en El rompido...alli tienes tu casa.
Saludos a todos los que por aqui pasan y comparten.
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