Arroz de longuerones
Ingredientes:
Longuerones, gambas, calamar o choco, cebolla, ajos, tomates, guisantes, zanahoria, pimiento rojo, vino blanco, tomillo, azafrán, tomillo, laurel, perejil, pimentón, pimienta y sal,
Elaboración:
1.- Sofreímos cebolla, porque buscamos un arroz meloso, con
ajos y en cuanto esté la cebolla transparente añadimos pimiento rojo cortado en
cubos pequeños, un tomate maduro sin piel ni pepitas y troceado fino, un puñado
de guisantes, una zanahoria también cortada en cubos pequeños, una hoja de
laurel y a pochar todo junto.
2.- Un par de minutos dándoles vueltas y añadimos unas tiras
de choco o de calamar para que se vayan haciendo y queden tiernas al final. Es
el momento de añadir, tomillo, pimienta, pimentón, laurel, azafrán y sal, a
gusto de cada cual, como si queréis poner otra especie o quitar alguna de
estas, aunque el azafrán además de sabor da un color dorado muy apetecible.
Esto a fuego suave.
3.- Abrimos los longuerones en un cacharro tapado y con una
lámina de agua abajo. En cuanto se abran, se retiran del fuego y esperamos un
minuto a que estén algo más fríos para filtrar el líquido que hayan soltado y
extraer el cuerpo de estos magníficos bivalvos.
4.- Tomamos un puñado de gambas y les quitamos cabeza, cola
y cáscara. Los animalitos desnudos como quedan se reservan y el resto se pone a
cocer. Obtendremos un caldo muy preciado que se guardará junto al que pudimos
sacar, poco, de los longuerones.
5.- Es el momento ya de ir terminando. Se añade el arroz, un
puñado por comensal más un par de ellos porque al final vamos a repetir. Se
menea bien el arroz para que se pringue bien y se añadirá el caldo que teníamos
reservado. Dos vueltas, comprobamos que no tenemos suficiente caldo y en ese
caldo pues se complementa con agua, o con vino, pero no sé por qué al arroz de
longuerones nunca le pongo vino. A saber. Misterios de la mente humana.
6.- Al principio se le puede dar alguna vuelta con la
cuchara de palo al arroz, ya que no pretendemos hacer un arroz seco. Pero en
cuanto empiece a desaparecer el líquido, al final de la cocción, ya no se toca.
Cuando el arroz esté tierno, justo en ese momento, se apaga el fuego, se
espolvorea perejil picado por encima y lo llevamos a la mesa. Cada cual se
sirve en su plato lo que crea que va a comer, procurando dejar para los demás
en ese caso.
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