domingo, 30 de octubre de 2011

Restos del naufragio

Está la cosa regular. De modo y manera que, de momento, aquí no se tira ná. He abierto el frigorífico y he visto una berenjena y un bote con salsa boloñesa del otro día, la que sobró de unos macarrones que me hice para cenar con los niños. Así que me fui al jardín y trinqué la última berenjena, pequeñaja, la que aparece en la fotografía, con una mitad ya engullida por mí mismo, que quedaba en un macetón donde las tengo plantadas (los balcones son un sitio estupendo para sembrar pimientos y berenjenas, por ejemplo). Con esto y un cuarto de hora de tiempo, me hice una especie de melenzane alla parmigiana o por el estilo según notifico a continuaçao:
Berenjenas rellenas.- Vaciamos un par de berenjenas cortadas a la mitad y a lo largo. Reservamos los dos barquitos y abrimos el frigorífico para ver qué hay por allí: un bote con algo de boloñesa, medio paquete de queso rallado y media lata de tomates enteros. Perfecto.
En una sartén con una lámina de aceite de oliva echamos la pulpa de la berenjena convenientemente cortada menuda, así como los tres tomates enteros que quedaban en la lata, también troceados menudos. Añadimos sal y pimienta y dejamos que se vayan haciendo. Comprobamos que el Recreativo se ha metido un gol en propia puerta y volvemos a la cocina. Añadimos los restos de salsa boloñesa, damos unas vueltas y añadimos perejil picadito. Terminamos de sofreír, volvemos a ver cómo va el partido. Penalti a favor del Recreativo. Faltan cinco minutos. Volvemos a la cocina, apagamos el fuego y vemos qué pasa con el penalti. Ajustado al palo, pero lo para el portero del Numancia. En estos casos, con el partido como está, lo mejor es tirar fuerte y al centro, pero no, Fidel quiso ajustarlo al palo, y el portero vio a qué palo iba, así que paradón del nota y el partido que se nos jode. Volvemos a la cocina y rellenamos las berenjenas con lo que teníamos en la sartén, ponemos queso rallado por encima, parmigiano o del que tengamos a mano, pero que sirva para gratinar, y reservamos las berenjenas rellenas, ya en la bandeja de horno engrasada ligeramente, para cuando vayamos a comer meterlas en el horno hasta que el queso se gratine. Final del partido. Empate. Nueve puntos en diez partidos. La cosa está mal, o regular, que hay que ser optimistas. Recogeremos los restos del naufragio inicial y remotaremos el vuelo. La semana que viene, en Guadalajara, ganamos seguro.

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